A lo largo de la vida, muchas personas tendrán que enfrentarse al hecho de ver reducida su visión. Para algunas será consecuencia del envejecimiento normal, para otras será por el desarrollo de una patología ocular o tras sufrir un accidente traumático, diabetes, ictus,…
Para afrontar esta nueva situación necesitaremos tener en mente dos cosas:
1) Comprender y aceptar que nuestra visión no va a ser como antes.
2) Que no sea la misma, no significa que no pueda aprender a aprovechar mi resto visual para sacarle el máximo rendimiento o que no pueda valerme por mí mismo.
Un gran porcentaje de los pacientes con Visión Frágil o con Baja Visión lo son, afortunadamente, por causas relacionadas con envejecimiento normal, lo que implica que pueden tener solución. Nuestra actitud y nuestra disposición a aprender será la clave del pronóstico de los casos.
NUNCA ES TARDE PARA APRENDER Y ADAPTARSE
Es habitual creer que una persona en la octava o novena década de su vida ya no puede aprender. Solemos considerar que si la mejoría es poca, no merece la pena y que es mejor conformarse porque “para lo que le queda”. Pero son eso, creencias, no una realidad. Si existe ayuda visual o rehabilitación posible y decidimos darle de lado, estamos invalidando a una persona, que según la tendencia de la esperanza de vida, pueden quedarle de 10 a 20 años de vida.
A menudo, no valoramos el sacar provecho a nuestra visión porque sin darnos cuenta, tendemos a abandonar tareas y hobbies. Las actividades de ocio son un puntal muy importante para alejarnos de la monotonía, la soledad y activar nuestras habilidades tanto cognitivas como visuales.
Muchas ayudas visuales (lupas, filtros, atriles, flexos…) pueden apoyarnos a la hora de finalizar una tarea que podemos creer imposible en un primer momento. Para otras tareas, y dependiendo siempre de cada persona, será necesario aprender a realizarlas de otra manera ayudándonos de otras habilidades como el tacto, o en sistemas de ayuda no ópticos. Y en esto consiste un programa de Rehabilitación Visual.
La autonomía de una persona afecta directamente a su autoestima y valor propio. Por esta razón, si una persona es buena candidata para iniciar un proceso de Rehabilitación Visual debemos iniciarnos lo antes posible.