Además de la visión, nutrición y desarrollo motor, la audición constituye un pilar básico en los que se sustenta el aprendizaje.
La mayoría de las dificultades auditivas en los niños pasan desapercibidas pues nadie considera que un niño sufra problemas auditivos salvo en caso de que necesite llevar un audífono. Hay muchas situaciones en las que el cerebro no procesa correctamente la información auditiva, y va a afectar al rendimiento académico, relaciones sociales/familiares,…. ¿Qué significa esto? Pues que el oído oye bien y está sano pero el cerebro no interpreta bien la información: “Oye, pero no escucha”. Puede haber dificultad para distinguir entre sonidos similares (como la f y la c, m y n, p y b) o palabras similares, separar el habla relevante del ruido de fondo, o la habilidad para recordar o comprender lo que se ha oído. La dificultad en la localización del sonido puede llevar a cierto grado de confusión auditiva y a problemas de atención o incluso TDHA. Y así en muchas ocasiones, nos encontramos con comentarios desde el entorno familiar o escolar sobre el niño del tipo: “es despistado, está en su mundo, desconecta, no atiende…”.
Los trastornos de procesamiento auditivo pueden afectar al desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación, así como a la lectura y la ortografía.
La infecciones de oído (otitis), tapones de cera o catarros con mocos frecuentes durante la etapa de guardería e infantil, podrían influir en el desarrollo correcto de la audición y manifestarse como retraso en el lenguaje o problemas en la pronunciación.
Hay niños que presentan una audición ligeramente por encima o por debajo de los límites esperados:
Por eso es recomendable realizar un estudio auditivo para identificar las posibles dificultades de procesamiento a través de esta ruta. En caso de detectar alguna, podemos tratarlo mediante Estimulación Auditiva Individualizada entrenando al sistema auditivo y las vías relacionadas para trabajar de una forma más eficiente, minimizar las posibles barreras y favorecer el aprendizaje de nuestros niños.
Soy psicóloga Colegiada n° AO-04904 y audioprotesista.