La visión a partir de los 40
Con los años, las estructuras oculares sufren cambios anatómicos y funcionales. Normalmente, a partir de los 40 años comienzan a presentarse los síntomas de la presbicia o vista cansada que es un problema visual, no patológico, pero que afecta a nuestra visión de cerca. Se reduce la capacidad de realizar muchas de nuestras tareas habituales como leer o mirar el móvil. Esta dificultad puede compensarse con gafas o lentes de contacto progresivas, y mantener así una buena visión. También es frecuente en esta época que comiencen a notarse síntomas de sequedad ocular.
Síntomas de vista cansada
- Hay que alargar los brazos para leer
- Necesitamos más luz
- Visión borrosa de cerca
- Sensación de arenilla y ojo seco
¿Cuándo acudir a revisión?
A partir de los 40-45 años, aumenta el riesgo de padecer enfermedades oculares como la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), el glaucoma o cataratas. También hay mayor riesgo de que otras enfermedades como la diabetes, la hipercolesterolemia o la hipertensión arterial puedan afectar a la vista. Estas enfermedades pueden derivar en pérdida de visión irreversible y por tanto afectar muy negativamente a nuestra calidad de vida.
A menudo, estas enfermedades no presentan síntomas en las fases iniciales, por lo que una persona probablemente no se dará cuenta de que la padece hasta que la pérdida de visión sea ya importante. Es por eso que hay que realizar revisiones oculares, aunque no se noten molestias, para prevenir problemas visuales graves no reversibles.
La importancia de una revisión optométrica completa
Las revisiones optométricas contribuyen a detectar a tiempo estas enfermedades y a derivar al paciente al profesional indicado para su diagnóstico y tratamiento.
El examen visual completo consiste en varias pruebas:
- Medida de la agudeza visual de lejos y cerca
- Cálculo de la graduación de lejos y cerca
- Tensión ocular para la detección del glaucoma
- Examen del fondo de ojo mediante un retinógrafo: con esta prueba se fotografía directamente el ojo por dentro, permitiendo ver si hay algo fuera de lo normal en la retina.
- Examen de las estructuras oculares externas: podemos observar la aparición y desarrollo de las cataratas, pterigium («palmeras») y otras alteraciones oculares.
- Rejilla de Amsler: con este test instruimos al paciente para que pueda controlarse desde casa si hay un cambio. Es una prueba muy recomendable en caso de degeneración macular y retinopatía diabética.
En el caso de que haya disminución visual provocado por una enfermedad, el óptico-optometrista podrá recomendar la mejor opción (ayudas ópticas y/o filtros) para que puedan seguir realizando sus aficiones y tareas diarias.
Mantengamos una vista saludable
Para finalizar el examen visual completo, realizamos recomendaciones de hábitos saludables que ayuden a la prevención.
Una mala visión se traduce en falta de relación con el entorno, aumenta el riesgo de caídas y favorece la aparición de cuadros depresivos. La mejor estrategia para tratar de evitarlo, consiste en proteger nuestra visión desde edades tempranas a través de exámenes oculares periódicos y de la adquisición de hábitos de vida saludables.
Por tanto, es muy importante cuidar nuestra visión para tener una edad adulta activa y así contribuir a tener no solo cantidad sino también calidad de vida
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